Es de justicia, ante lo
sucedido en la frontera del Tarajal en Ceuta, refutar las funestas tesis de
Samuel P. Huntington, en las que se refería a que las fronteras con el mundo
islámico estaban marcadas con sangre. Occidente construye su presente con la
pervivencia de temores pasados. Pero lo cierto es que las únicas fronteras que
hoy en dia hacen sangrar y desangrar, son las hemos dejado construir con
nuestros impuestos y con la ausencia de nuestras conciencias, para "protegernos"
de una amenaza ficticia, creada por nuestro egoísmo ruin, que esquilma los
recursos del mundo para nuestro bienestar, y que rechaza a aquellos que
provienen del mismo origen.
Recuerdo una viñeta de El Roto
que, con su siempre lacerante crítica, afirmaba que los inmigrantes han llegado
a Europa siguiendo el rastro del expolio de sus países. La codicia con la que
hemos conseguido nuestro estado del bienestar, nos lleva a no desear
compartirlo con nadie. De esta manera despreciamos la condición humana, nuestra
propia condición, ante las figuras sin nombre, sin rostro, sin historia, de una
serie de personas que desaparecen antes de pisar esta tierra. El Mediterráneo
se ha vuelto cómplice de este desprecio, al engullir la vida de miles de
personas.
Los medios de comunicación sentencian que “la desesperación y
la falta de alimentos empujan a inmigrantes a los asaltos”. Describen a estas
personas como una masa uniforme, sólo movida por la mera supervivencia, sin
orden ni concierto, como una marea humana dispuesta a desbordar cualquier
frontera natural o artificial. La deshumanización es característica de la
información con la que que se nos intenta inmunizar ante el dolor y la
desaparición: hacernos creer que el mal de los otros es
necesario para que nosotros mantengamos lo poco que nos queda.
¿Cómo hemos llegado a acceptar
esto, a defender nuestros derechos y privilegios mediante concertinas? ¿Por qué
nos sentimos salvados por estar en la otra parte de la valla? ¿Cuantos muertos
deberan de acumularse a las puertas de Europa para que caiga este muro de
insensibilidad? ¿Hasta cuándo resistirán nuestras conciencias sin inmutarse?
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