jueves, 19 de mayo de 2011

Las tumbas olvidadas

 En el cementerio de Oakwood en Austin (Texas), se encuentran buena parte de las tumbas de destacados miembros de la sociedad austiniana. Tal como he podido comprobar en otros cementerios históricos norteamericanos, la memoria de los fallecidos y enterrados, se intenta mantener viva mediante diferentes iniciativas. En el Austin History Center (+), se ofrece información genealógica sobre los difuntos más célebres, mostrando algunas informaciones sobre su vida (y muerte). Igualmente, la asociación Save Austin's Cemeteries (+) organiza actividades y visitas guiadas, en una iniciativa similar que he podido descubrir en otros cementerios norteamericanos.



Junto al cementerio original, existe un anexo que sigue estando en activo. Se le conoce con el nombre del cementerio de los niños, ya que en él se encuentran numerosas tumbas de recién nacidos o fallecidos durante la infancia. En la web Letters to the Earth (+), se habla sobre ello y se aportan documentos de los archivos del cementerio.

El cementerio dispone de dos parcelas reservadas para los difuntos judios. La segunda de ellas es más moderna, y todavía está en uso (pues observo que recientemente ha acogido  nuevos entierros. En esta parcela, que se encuentra separada por una valla del resto del cementerios, se emplazan tumbas de hombres y mujeres (en muchos casos, esposos que comparten espacio en tumbas adyacentes), y la gran mayoría de ellas se orientan hacia el este, en dirección a la Tierra Prometida de Israel.






Buscando más información sobre el cementerio, en Wikipedia se afirma que éste "includes sections historically dedicated to the city's black, Latino, and Jewish populations". Lo cierto es que a pesar de ese recordatorio, la localización de estas tumbas (también históricas, aunque relacionadas con otras historias) no es nada evidente, si no todo lo contrario. Me costó recorrer todo el cementerio para finalmente encontrar restos de la presencia hispana. Y digo restos puesto que las tumbas que localicé correspondían a difuntos de origen hispano, fallecidos a finales del siglo XIX y principios del XX. Pequeñas lápidas, dispersas, situadas en el margen más externo del cementerio (un nuevo buen ejemplo de cómo también en los cementerios se reproducen las centralidades espaciales del poder), y con inscripciones apenas distinguibles.

He aquí una aportación a la reconstrucción de la historia de unas tumbas olvidadas.




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